El nacionalismo y la proyección internacional

Por Ángel Collado Schwarz

(Artículo aparecido en El Nuevo Día) En las pasadas semanas el nacionalismo puertorriqueño ha recibido una exposición importante a nivel internacional. Dos acontecimientos han causado este impacto: las presentaciones hechas durante el exitoso concierto de Bad Bunny en San Juan, con la galvanización posterior de su mensaje en las redes sociales, y la nueva versión de la película West Side.

En las pasadas semanas el nacionalismo puertorriqueño ha recibido una exposición importante a nivel internacional. Dos acontecimientos han causado este impacto: las presentaciones hechas durante el exitoso concierto de Bad Bunny en San Juan, con la galvanización posterior de su mensaje en las redes sociales, y la nueva versión de la película West Side creada por el galardonado director judío, Steven Spielberg.

Bad Bunny se dirigió a su público menor de 30 años, en su vasta mayoría ajeno a la historia de Puerto Rico. El espectáculo abrió con la joven cuatrista, Fabiola Muñoz, acompañando al trovador Yahir Maldonado, quien cantó: “En esta patria nací… ¿De dónde vengo yo? De una tierra noble y fuerte y ser boricua es la suerte que mami me regaló… Gracias, gracias, madre mía por parirme en Puerto Rico”.

En un documental antes del concierto, se presenta a patriotas puertorriqueños: Ramón Emeterio Betances, Eugenio María de Hostos, Mariana Bracetti, Pedro Albizu Campos, Juan Antonio Corretjer, Lolita Lebrón y Blanca Canales con una escopeta en sus brazos. Los enmarcó entre figuras prominentes de los deportes, astronautas, Sylvia Rexach, Miriam Colón, Sor Isolina Ferré y otras personalidades.

El impactante video es narrado por el internacionalmente galardonado actor puertorriqueño, Benicio del Toro.

¿Por qué Bad Bunny no presentó a George Washington, Thomas Jefferson o Alexander Hamilton? ¿Por qué no a José Barbosa, Rafael Martínez Nadal o Luis A. Ferré? ¿Ni a la tenista Gigi Fernández entre las estrellas deportistas?

El documental pretende mejorar la alicaída autoestima del puertorriqueño a merced de un colonialismo insensible representado por una juez y una Junta dictatorialmente impuesta, y un país en quiebra moral y económica, sin liderato político efectivo.

Spielberg dirigió una nueva versión de la aclamada West Side Story de 1961. Ese año el filme fue el más exitoso en taquilla y ganó 10 premios Oscar, incluyendo mejor película y mejor actriz secundaria (Rita Moreno).

Más de medio siglo después, Spielberg replantea la versión del puertorriqueño del filme original. En 1961 se presentó al puertorriqueño como un inmigrante agresivo, víctima del prejuicio y el racismo, y en posición conflictiva con su “homeland”, como cuando Anita canta “(Puerto Rico) let it sink back in the ocean”. Esta frase fue eliminada en la versión de Spielberg.

En ambas versiones se resalta el conflicto entre el puertorriqueño que resiente el racismo y aspira a regresar a su patria (Bernardo) y el que destaca y alaba el éxito material en la gran urbe neoyorquina y menosprecia lo puertorriqueño (Anita). Irónicamente, la propia Anita vocifera en la versión de Spielberg que ella es puertorriqueña y no americana.

En una escena novel, Spielberg presenta un mural de la bandera de Puerto Rico junto a un graffiti con la cita de Pedro Albizu Campos, “La patria es valor y sacrificio”.

La pandilla estadounidense, Jets, comienza a profanar la bandera puertorriqueña con baldes de pintura, lo que fuerza a la pandilla de puertorriqueños, Sharks, a proteger su símbolo nacional e invocar el himno de Puerto Rico en su versión revolucionaria compuesta por Lola Rodríguez de Tió.

¿Por qué Spielberg no utilizó una cita de José Barbosa en el graffiti? ¿Por qué no el himno oficial del ELA?

En una entrevista reciente Spielberg comentó su preocupación sobre la polarización y divisiones en Estados Unidos, que ponen en peligro su democracia. Para Spielberg esta división ha crecido desde que se estrenó West Side Story en Broadway en 1957.

Bad Bunny y Spielberg están enviando un mensaje al mundo de que el nacionalismo puertorriqueño está vivo, a pesar de todas las tragedias acontecidas y los millones de dólares de transferencias federales.

Mientras envían este mensaje, Puerto Rico continúa a espaldas del mundo, sin reflexionar sobre la polarización y quebrantamiento en la metrópolis, el calentamiento global y las nuevas oportunidades que surgen en el mundo, y en Puerto Rico se ignoran.

“Bad Bunny y Spielberg están enviando un mensaje al mundo de que el nacionalismo puertorriqueño está vivo, a pesar de todas las tragedias”

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