Asia, rumbo a la reconquista del liderato

Artículo publicado en El Nuevo Día.
Durante la extensa y mayor parte de la historia documentada, Asia ha controlado el planeta en términos poblacionales y económicos.
En el año 1000, el mundo Occidental controlaba el 8.7% del Producto Doméstico Bruto, y Asia, el 70.3%.
El cambio a favor de Occidente comenzó en 1820 con los inicios de la Revolución Industrial.
Por ende, el crecimiento de Occidente ocurrió vertiginosamente durante los últimos doscientos años. Sin embargo, el siglo XXI trae cambios dramáticos.
Goldman Sachs predice en su estudio BRIC que para el 2050, tres de las cuatros principales economías serán asiáticas y seguirán este orden: China, Estados Unidos, India y Japón.
El futuro estará nuevamente en manos de los asiáticos. Aunque China tiene el liderato, la región no se circunscribe a ella al tener fuertes integrantes como India, Indonesia, Japón, Taiwán, Corea, Singapur, Malasia y Vietnam entre otros.
Aunque su dramático crecimiento actual se ciñe al sector de la manufactura, la inversión en la educación los llevará a controlar en el futuro el mundo de la tecnología e innovación.
En el 2004, mientras China graduaba a 600,000 ingenieros de sus universidades, Estados Unidos graduaba a 70,000.
El pasado mes de junio Pekín comunicó un plan nacional para desarrollar y expandir su banco de talento de 114 millones de personas a 180 millones para el 2020.
Pekín planifica importar los mejores talentos mundiales y preparar talento local para producir una nueva generación de líderes políticos, científicos, ingenieros, técnicos, empresarios, educadores, agrónomos y trabajadores sociales.
Según el plan, este banco de talento es esencial para transformar a China de principal país manufacturero del planeta a líder mundial en innovación.
China ya está mostrándole al mundo su capacidad tecnológica con sus redes de aeropuertos ultramodernos y trenes supersónicos que conectan sus ciudades; en el campo de la biociencia, su Beijing Genomics Institute posee el número mayor de “DNA sequences” en el mundo para lanzar su propia industria de ingenería genética con sus “stem cells”; y acaban de asignar $15,000 millones a la industria de autos y baterías para desarrollar la industria del auto eléctrico y liberar al auto del uso del petróleo.
Mientras China y Asia lideran el mundo en el siglo XXI, Estados Unidos alcanza el déficit más alto en su historia, con una alta tasa de desempleo e invirtiendo en aventuras bélicas en Irak y Afganistán sin ninguna posibilidad de triunfo.
En el caso de Puerto Rico, los dos principales partidos políticos han llevado la deuda pública a exceder $67,000 millones, y la economía a una caída libre mientras buscan soluciones en modelos económicos fracasados (neoliberalismo).
La isla de Singapur es el modelo asiático más relevante para Puerto Rico. Su territorio es catorce veces menor que el nuestro, carece de recursos naturales y su población sobrepasa pronto los cinco millones de habitantes.
Se prevé que la tasa de crecimiento este año de 15% será la más alta en el mundo con una envidiable calidad de vida para sus habitantes.
En 1965, cuando Singapur alcanzó la soberanía, aceptó que su futuro no podía estar basado en la dependencia de Gran Bretaña, sino en la de ellos mismos.
Mientras Puerto Rico cambia la fórmula de asignación de fondos para la Universidad de Puerto Rico, lo cual genera un déficit presupuertario y recortes en el ofrecimiento académico, Singapur anuncia la apertura de su cuarta universidad pública dedicada a estudios en tecnología y diseño, en asociación con la M.I.T. y una alianza con la Yale University para ofrecer estudios en artes liberales.
El estado soberano de Singapur apuesta al desarrollo y alta calidad de vida en el siglo XXI, mientras que el territorio no incorporado de Puerto Rico apuesta a esquemas del pasado y a un aumento en la dependencia de la metrópoli con su resultante carencia de una alta calidad de vida para los puertorriqueños.