Burla a la planificación del país

Artículo publicado en El Nuevo Día.
Uno de los principales proyectos del último gobernador estadounidense de Puerto Rico, Rexford G. Tugwell, fue la creación de la Junta de Planificación. Este organismo era imprescindible para crear un nuevo y moderno Puerto Rico.
Es irónico que el nefasto gobierno anexionista de Ricardo Rosselló fuera el responsable de nombrar a una Junta de Planificación con la consigna de desplanificar a Puerto Rico en contra de los mejores intereses del país.
Con su propuesta de un nuevo Mapa de Calificación de Suelos, la Junta violenta y tira por la borda el Plan de Uso de Terrenos (Ley 550) aprobado tras un proceso de preparación de diez años que incluyó la participación de expertos, la ciudadanía y el consenso partidista. La Junta pretende también destruir los planes territoriales de los municipios armonizados con el plan estatal.
Burlando la ley, la Junta cambia arbitrariamente la zonificación establecida para aprobar proyectos que transgreden el Plan de Uso de Terrenos. No acompaña los cambios de zonificación con un memorial explicativo y un análisis. Varias de las propuestas de rezonificación contravienen los mejores intereses de las futuras generaciones.
Por ejemplo, cambiar la zonificación del Viejo San Juan de R-6 (Preservación Histórica) a R-Intermedio elimina el endoso del Instituto de Cultura Puertorriqueña a las estructuras, que asegura la preservación histórica de la propiedad. Un inversionista podría caprichosamente determinar para su propiedad histórica la fachada que más le guste o convenga. Lo mismo sucedería con el casco histórico de Ponce.
En la isla de Vieques hay varias parcelas zonificadas como distritos de conservación por su cercanía a la Reserva de la Bahía Bioluminiscente. La Junta pretende modificar esa zonificación para que puedan construirse proyectos turísticos que causarían un daño irreparable a dicho tesoro natural.
Igualmente sucede con el litoral costero, como los de Ocean Park y Rincón, abatidos por los huracanes y que evidencian una severa erosión. En lugar de ser más estricta, la Junta propone cambios de Dotacional Verde a simplemente Dotacional, que admite actividad comercial.
El importante Valle de Lajas, protegido como Distrito Agrícola, la Junta pretende modificarlo a “Agrícola productivo” permitiendo en él actividades no agrícolas. Esta zona es conocida como “el granero de Puerto Rico”. Tras estudios hechos por expertos, fue identificada como área crítica en un plan maestro para hacer a la isla autosuficiente alimentariamente.
Otro ejemplo es la propuesta modificación de la zonificación del Jardín Botánico para permitir desarrollos comerciales en esa área protegida.
Actualmente existen problemas con la agilidad en la tramitación de permisos para desarrollos. Sin embargo, la solución no es eliminar restricciones en detrimento de un plan de desarrollo, sino proveer los recursos tecnológicos que agilicen el proceso.
En la principal ciudaddel mundo, Nueva York, uno de los pilares de la economía es la industria de la construcción. Es impensable que el Plan de Uso de Terrenos de la ciudad gire alrededor de los intereses de esa industria. Cuando la ciudad se fue a la quiebra en 1975 a nadie se le habría ocurrido urbanizar Central Park para generar actividad económica.
La Junta de Planificación infringe un principio esencial de este tipo de institución: planificar el futuro. Las Juntas deben implementar la política pública enmarcada en un Plan de Uso de Terrenos al cual los desarrolladores se ciñan, no al revés.
Los planes son documentos vivos y pueden revisarse mediante el mismo proceso que se utilizó para su confección y no en cuartos oscuros, sin participación ciudadana ni transparencia, rompiendo consensos y de forma atropellada.
Una vez se destruyan nuestras tierras, costas y patrimonio histórico, no habrá marcha atrás y los gobernantes de turno habrán privado a las futuras generaciones de nuestros tesoros, quedando inmortalizados en los anales de la historia como destructores del país.