Sept. 25, 2014

Despenalización de la marihuana

Despenalización de la marihuana

Artículo publicado en El Nuevo Día.

¿Por qué el senador Miguel Pereira, un soldado condecorado de la Guerra de Vietnam, exfiscal federal, exsuperintendente de la Policía y exsecretario de Corrección y Rehabilitación, presentó legislación para despenalizar el uso de la marihuana?

¿Por qué el juez del Tribunal del Primer Circuito de Apelaciones en Boston, Juan R. Torruella, nombrado por un presidente republicano conservador, apoya esta legislación para despenalizar el uso de la marihuana?

La razón es que ambos están convencidos de que la medida ayudaría a reducir la rampante ola criminal que azota a Puerto Rico y evitaría la ruina de ciudadanos que no son criminales ni adictos.

El juez Torruella opina que es cuestión de tiempo para que el gobierno federal despenalice el uso de la marihuana.

Ya el secretario de Justicia, Eric Holder, anunció que no intervendrá con leyes de estados que han despenalizado su uso recreacional.

El juez Torruella señala: “No veo cómo podemos evadir la conclusión de que la guerra contra las drogas no sólo se perdió hace tiempo, sino que por algún tiempo esa derrota ha tenido un alto costo humano y material”.

Expertos señalan que el alcohol y el cigarrillo son mucho más peligrosos que la marihuana. Se sabe de muchas muertes causadas por el alcohol y el cigarrillo; pero no así por la marihuana.

Algunos alegan que el uso de la marihuana lleva a escalar al de otras drogas y, por ende, al fracaso personal.

Sin embargo, esta teoría sucumbe ante el éxito de personas que han usado la marihuana y luego han alcanzado la presidencia de Estados Unidos.

Actualmente, una persona que sea detenida con media onza o más de marihuana enfrenta una condena fija de hasta tres años de cárcel.

Su convicción troncha su vida y marca a la persona con un expediente criminal, la pérdida de empleo y daños psicológicos y físicos permanentes como consecuencia de la encarcelación.

Se estima que una encarcelación de dos años y cuatro meses le cuesta al estado $96,161.

El uso de esta droga no está relacionado con la violencia física, sino con actividades de su comercialización (por ejemplo, distribución, puntos de droga etc.).

Sin embargo, el uso del alcohol está ligado a la violencia física, incluso la cometida contra mujeres y menores.

En los siguientes estados ya es legal el uso recreativo o medicinal de la marihuana: Alaska, Arizona, California, Carolina del Norte, Colorado, Connecticut, Delaware, Hawaí, Maine, Massachusetts, Michigan, Mississippi, Montana, Nebraska, Nevada, Nueva Jersey, Nuevo Mexico, Ohio, Oregon, Rhode Island, Vermont, Washington, Nueva York y la capital de Estados Unidos, Washington, D.C.

Varios países han despenalizado el uso de la marihuana, entre ellos: Australia, Bélgica, Egipto, España, Italia, Holanda, Portugal, Suiza y el país modelo de la revista The Economist: Uruguay.

Es evidente que la tendencia en el mundo es hacia despenalizar el uso de la marihuana. Sus usuarios tienen el mismo derecho que los usuarios del alcohol, más aún cuando no es adictiva y tiene usos medicinales.

Debido a que el 58% de los usuarios de drogas en Puerto Rico consume marihuana, su despenalización significaría un golpe duro al narcotráfico, origen de la mayoría de los crímenes en la Isla.

Los recursos destinados a penalizar el uso de la marihuana podrían ser reasignados por el Estado y utilizarse para la prevención y tratamiento contra la adicción y para combatir el narcotráfico.

Su despenalización generaría actividad económica e impuestos para el Estado, igual que sucedió cuando se despenalizó el uso del alcohol en 1933.

La despenalización de la marihuana posicionaría a Puerto Rico entre los países de avanzada en el mundo. Se colocarían los recursos del Estado donde mejor beneficien a la sociedad.

Se generarían ingresos a un país que atraviesa una crisis económica. Y más importante aún, se evitaría la ruina innecesaria de vidas humanas.