El cáncer del trumpismo

Artículo publicado en El Nuevo Día.
Donald Trump pasará a los anales de la historia no solamente como el personaje menos cualificado, más nefasto y peligroso que ha ocupado la presidencia de los Estados Unidos sino como el fundador del trumpismo.
Este movimiento promueve la filosofía del carismático creador del Apprentice, basada en un pensamiento populista, narcisista, oportunista y creyente en que la repetición de la mentira la convierte en realidad. El postulado fue uno de los fundamentales esbozados por los tenebrosos Adolf Hitler y Joseph Goebbels.
Trump es el epítome del oportunista. Lo mismo es un demócrata que un republicano, cree en el aborto que lo condena y patrocina un prostíbulo que a una iglesia. En su proceder no existe moral, ética ni principios.
Donald Trump y la trayectoria que lo llevó a liderar un intento de golpe de Estado en la república más antigua el pasado 6 de enero de 2021 están recogidos en dos formidables libros recientemente publicados: The Divider: Trump in the White House 2017-2021 y Confidence Man: The Making of Donald Trump and the Breaking of America.
Trump es producto de de Nueva York, históricamente una de las ciudades más corruptas del mundo. Su marco de referencia es la industria de la construcción cuyo norte es la maximización de oportunidades sin reparar los métodos para lograr los objetivos (greed). Las empresas de Trump se han acogido a la quiebra en seis ocasiones.
Recientemente sus corporaciones han sido acusadas en Nueva York de presentar informes financieros falsos.
En el libro The Divider los autores narran la reunión de Trump con el “Chief of Staff”, el exgeneral John Kelly, en la que el presidente arguyó que los puertorriqueños no eran ciudadanos estadounidenses y no merecían recibir ayuda por los estragos del huracán María, que la isla estaba habitada por gente pobre y corrupta y se debía intercambiar por Groenlandia.
Convenientemente, Trump olvidó sus elegios que le hizo a Puerto Rico en 2007 cuando vino a inaugurar su natimuerto complejo turístico en Río Grande.
La forma como Trump trataba a los miembros de su gabinete es aterradora. Exgenerales y altos ejecutivos de multinacionales fueron humillados y maltratados.
Para una persona insegura y desbalanceada emocionalmente como Trump, nadie podía cuestionar sus planteamientos porque él era la persona más inteligente del salón. Irónicamente, el ex presidente de Exxon y secretario de Estado, Rex Tillerson, calificó a Trump de “morón”.
Las vistas televisivas del Select Committee to Investigate the January 6th Attack on the United States Capitol (disponibles en YouTube) han presentado evidencia contundente del rol de Trump en la planificación y ejecución del intento de golpe de Estado.
El nuevo audiolibro de Bob Woodward, The Trump Tapes: Bob Woodward’s Twenty Interviews with President Donald Trump, es un testimonio veraz de Trump, al desnudo, con su inconfundible voz. Su pensamiento torcido, sus improvisaciones, su desprecio y “bullying” hacia quien discrepe de él, no tienen límites y quedan develados.
El Gobierno permanente de Estados Unidos no permitirá que Trump regrese a la Casa Blanca. Sin bien no podemos asegurar que Trump termine encarcelado, si podemos afirmar su funesto sitial en los anales de la historia de su país.
Igual sabemos que Trump no es eterno. Pero qué dimensiones y alcance llegue a tener el cáncer del trumpismo es impredecible cuando una tercera parte del país cree la mentira repetida y rechazada por los tribunales de que las elecciones del 2020 fueron robadas.
Si esto es alarmante, más lo es que en los “Midterm Elections” de los próximos días cerca de 300 candidatos republicanos al Congreso y cargos estatales cuestionan los resultados de los comicios del 2020. Estos candidatos respaldados por Trump creen en las elecciones solamente cuando las ganan.
Puede que el trumpismo haya logrado el objetivo, que según los informes de inteligencia estadounidence los rusos diseñaron en su estrategia para combatir a Estados Unidos: destruir su democracia cuestionando los resultados de sus elecciones dividiendo así a la población.