El populismo violento en Estados Unidos

Artículo publicado en El Nuevo Día.
Por primera vez en sus 250 años, Estados Unidos está muy cerca de convertir a su mayoría blanca no hispana en minoría.
Según el profesor Robert Pape de la Universidad de Chicago y director del Project on Security and Threats, esta es la raíz del surgimiento del populismo violento.
El profesor Pape resalta que el segmento poblacional de blancos no hispanos se redujo del 76% de 1990 a un 57% en 2025. Se estima que en 10 años este grupo se reducirá a una minoría de un 49%.
Estos cambios sociales tienden a radicalizar la política, lo cual conduce a la violencia política tanto de la derecha como de la izquierda.
Actualmente, Estados Unidos atraviesa por niveles históricos de violencia política.
El asesinato del activista conservador, Charlie Kirk, figura como el episodio más reciente.
En 2022 el atentado contra la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, en su hogar, terminó en la agresión grave cometida contra su esposo Paul, de 82 años.
Esto fue seguido por el atentado contra al Juez conservador del Tribunal Supremo, Brett Kavanaugh, dos atentados contra el candidato republicano Donald Trump, el asesinato en su hogar de la líder demócrata de la legislatura de Minnesota, Melissa Hortman, y de su esposo, y la quema de la residencia del gobernador demócrata de Pennsylvania, Josh Shapiro.
El discurso antinmigratorio de Trump ha tenido un efecto explosivo ante este grupo que lucha por mantener su mayoría.
El crecimiento meteórico de la popularidad de Trump entre el sector de la derecha está relacionado con su promesa de no solo paralizar la inmigración, sino también implementar la deportación masiva de inmigrantes no blancos.
La rápida implementación y aumento presupuestario de ICE, con agentes enmascarados sin identificación que capturan a presuntos inmigrantes, dramatizan la alta prioridad que se le asigna a este asunto.
Las medidas de Trump de atraer blancos de Suráfrica, restituir los nombres de bases militares y estatuas de líderes de los Confederados en la Guerra Civil, y reescribir la historia de la esclavitud en el Smithonian Institute y en parques nacionales son cónsonas con su discurso antinmigratorio inflamatorio.
Los estudios del profesor Pape reflejan que el 39% de los demócratas están de acuerdo con el uso de la fuerza para remover a Trump de la presidencia. Mientras, el 24% de los republicanos respaldan que Trump utilice las fuerzas militares para reprimir a manifestantes demócratas.
Es sorprendente el alto nivel de respaldo que se dispensa a la violencia política entre grupos de derecha y de izquierda.
El mensaje reciente de Trump de que odia a sus oponentes y no les desea bien, no ayuda a combatir la polarización.
En 2021 el profesor Pape realizó un estudio sobre las motivaciones de las 400 personas arrestadas en conexión con el ataque al Congreso el 6 de enero. Pape esperaba que los participantes hubieran sido motivados a la violencia por efectos residuales de la Recesión del 2008.
Para su sorpresa, encontró que la mayoría de estos participantes provenían de lugares (entre los 40 estados) donde los residentes tenían miedo de que los derechos de las minorías y los inmigrantes apiñaban los derechos de los blancos en la política y cultura americana.
Trump promovió el evento utilizando términos “be wild, show strength”. Declaró el evento un “día de amor”, y a los participantes los llamó héroes.
Una vez asumido el poder en Casa Blanca, liberó a todos los convictos y reprimió a los agentes e investigadores involucrados en el proceso judicial.
El actual populismo violento representa una de las crisis más peligrosas en la historia de Estados Unidos. La polarización, la agitación política y el liderato autoritario y antidemocrático de Donald Trump, sin restricciones legislativas y judiciales, aportan un escenario explosivo.
Mientras este ambiente convulso tiene lugar en la metrópolis, en Puerto Rico, que no es parte de la población blanca no hispana de Estados Unidos, se vive a espalda de tales eventos y, por el momento, cómodamente en su burbuja colonial.