Aug. 28, 2014

¿Guerra Fría, parte 2?

¿Guerra Fría, parte 2?

Artículo publicado en El Nuevo Día.

Algunos analistas de los principales medios de comunicación internacionales están refiriéndose a las confrontaciones actuales entre Estados Unidos y la Rusia de Vladimir Putin como el inicio de la segunda parte de la Guerra Fría.

Nada más lejos de la realidad. A lo que más se asemejan los conflictos es el protagonismo de Washington y Moscú.

La Guerra Fría fue la confrontación post-Segunda Guerra Mundial. Surgió en un mundo bipolar controlado por los dos poderes hegemónicos que representaban filosofías opuestas: una, la democracia y la economía de mercado, y la otra, el totalitarismo y la economía socialista centralizada.

Hay varias teorías sobre la fecha de inicio de la Guerra Fría.

Algunos señalan que comenzó en 1917 a raíz de la Revolución Bolchevique y el cierre de la embajada de Estados Unidos en San Petersburgo; otros, con la Conferencia de Potsdam en 1945 cuando se divide Alemania; otros, cuando Winston Churchill lanza su discurso de la “cortina de hierro” en Missouri en 1945; otros, con el lanzamiento de la Doctrina Truman en 1947 y el rescate estadounidense de Grecia y Turquía; y otros, cuando el analista estadounidense en Moscú, George Kennan, envía un telegrama en 1947, en el que recomienda la estrategia de la contención con la Unión Soviética.

 

Probablemente, el comienzo oficial de la Guerra Fría lo desató este histórico telegrama de 8,000 palabras que consiguió que finalmente el gobierno de Truman aceptara que sus nuevos adversarios eran los soviéticos y que debía detenerlos.

En 1950 la Guerra Fría trasciende el continente europeo y se convierte en un acontecimiento internacional y en una “guerra caliente” en la península coreana.

Este conflicto bélico fue fundamental para que en 1959 el territorio incorporado de Alaska consiguiese su estadidad.

La proximidad de la Guerra Fría a la costa occidental de Estados Unidos, complementada con el descubrimiento de petróleo, les consiguió la estadidad.

Meses después, el territorio incorporado de Hawai obtiene su estadidad para balancear el poder partidista en el Senado.

En 1959 la Guerra Fría llega al continente americano con la Revolución Cubana.

Este suceso paraliza los planes que se gestaban en el gobierno del presidente Dwight D. Eisenhower para otorgarle más gobierno propio a Puerto Rico y que llevaron al presidente al extremo de lanzar en 1953 un atrevido pronunciamiento en las Naciones Unidas: si Puerto Rico pidiese la independencia, Estados Unidos se la otorgaría.

Como resultado de la Guerra Fría en el Caribe, el territorio no incorporado de Puerto Rico se convierte en la ficha estadounidense del tablero de ajedrez geopolítico en contrapeso con Cuba, la ficha soviética.

En 1989, como resultado del desplome del bloque soviético, termina la Guerra Fría. Las repúblicas que integraban la Unión Soviética logran su soberanía y finalmente se derrumba el principal símbolo de la Guerra Fría: el Muro de Berlín.

El escenario actual dista mucho de estos hitos dramáticos entre dos grandes poderes políticos y económicos con diferencias marcadas en estilos de gobierno y de vida.

Vladimir Putin, el personaje controversial que dirige con mano dura un país capitalista, corrupto, con ansias de poder y expansión, se confronta con un mundo cuya economía está dominada por Estados Unidos, China y la Unión Europea.

Putin ha entrado en un enfriamiento de sus relaciones con Occidente, originado por el conflicto de Ucrania.

Sin embargo, independientes de Rusia, existen el frente asiático con el protagonismo de China, y el frente de Oriente Medio con conflictos simultáneos en Irak, Irán, Siria y Palestina.

En el período de la Guerra Fría, los dos grandes poderíos controlaban todos los escenarios. La forma en que pensaran Washington y Moscú guiaba la suerte de todos los demás países.

En el mundo globalizado actual, nadie controla los escenarios geopolíticos, lo cual convierte el mundo en más peligroso aún.