Oct. 22, 2020

LA Estadidad de Alaska y Hawái

LA Estadidad de Alaska y Hawái

 

Este artículo publicado en El Nuevo Día es un adelanto de una sección del nuevo libro de Ángel Collado Schwarz:  Eisenhower y el Caribe: Muñoz Marín, Castro y Trujillo (1953-1960).

 Alaska y Hawái son los dos últimos estados de la Unión (núm. 49 y 50).

A Alaska le tomó 47 años cambiar de territorio incorporado a estado de la Unión, a Hawái 61 años. ¿Cómo consiguieron la estadidad? ¿Están satisfechos? Puerto Rico lleva 122 años como territorio no incorporado…

En 1959 Dwight D. Eisenhower se convirtió en el último presidente en anexar territorios incorporados[1] a la nación estadounidense. No se anexaban nuevos estados desde la presidencia de William Howard Taft, cuando en 1912 se unieron Nuevo México y Arizona.

 Los demócratas habían respaldado la estadidad de los territorios incorporados de Alaska y Hawái desde 1916 e incluyeron la estadidad en la plataforma del partido durante las elecciones de 1948. Los republicanos y los demócratas del sur se oponían.

Cuando las encuestas en Estados Unidos reflejaron que el 80% de los consultados favorecía la estadidad para estos territorios, los republicanos incluyeron su respaldo en la plataforma del partido para las elecciones de 1952.[2]

Eisenhower evitó el tema de la estadidad de los dos territorios durante su primer cuatrienio. Pero tras ser reelegido en 1956, decidió unirse a los demócratas en sus esfuerzos de promover la estadidad para ambos territorios incorporados.[3]

La adquisición de Alaska

Alaska fue adquirido de Rusia en 1867 y se convirtió en territorio incorporado en 1912. En la Conquista del Oeste, este territorio había evolucionado hasta convertirse en la última frontera, poblada y colonizada por estadounidenses blancos, cazadores de fortuna. Estos controlaban el poder económico y político desplazando su escasa población indígena.[4]

En 1916 su delegado en el Congreso, James Wickersham, presentó el primer proyecto de estadidad para Alaska, pero fue ignorado por el cuerpo.

La militarización

 Durante la Segunda Guerra Mundial, los japoneses ocuparon de 1942 a 1943 las islas de Kiska y Attu, pertenecientes a la cadena de islas Aleutianas, ubicadas al extremo oeste de Alaska. Estas fueron la única invasión y ocupación terrestre perpetradas en Norteamérica durante la guerra y casi nunca mencionadas.

En 1950 la Guerra de Corea llevó la Guerra Fría al continente asiático, expandiendo el conflicto fuera del continente europeo y convirtiéndolo en una “guerra caliente”. Este acto escaló la importancia estratégica militar de los territorios de Alaska y Hawái.

Su cercanía geográfica con Asia y el historial de la ocupación de las islas de Alaska, más el bombardeo de Pearl Harbor durante la Segunda Guerra Mundial, forzaron a Estados Unidos a priorizar la importancia estratégica militar de estos territorios.

Alaska se convirtió en base importante de los vuelos U-2 de espionaje a la Unión Soviética durante la Guerra Fría.

Aunque inicialmente Eisenhower no respaldaba la estadidad para Alaska por razones políticas basadas en el control de los demócratas, terminó respaldándola por razones estratégicas:

Because of the location across the Bering Strait from the Soviet Union, Alaska had a particular strategic significance: within the northern and western parts of Alaska, it was essential that our military forces continue to have maximum freedom of movement.

 … that, subject to area limitations and other safeguards for the conduct of defense activities so vitally necessary to our national security, statehood also be conferred upon Alaska.[5]

La oposición en el Congreso a la estadidad de Alaska

Desde 1955 el Congreso había sido controlado por los demócratas. Los demócratas del sur se oponían a la estadidad de los territorios por razones racistas y porque estos nuevos estados favorecerían la integración racial del país.

Otros se oponían debido a que los territorios se encontraban fuera del continente estadounidense.

 Ernest Gruening[6] fue uno de los principales propulsores de la estadidad para Alaska. Dirigió la División de Territorios y Posesiones Insulares del Departamento del Interior (responsable por Puerto Rico) de 1935 a 1939 y fue administrador de la Puerto Rico Reconstruction Administration (PRRA) de 1935 a 1937. En 1939 fue nombrado por Franklin D. Roosevelt gobernador de Alaska hasta 1953.

El partido republicano se oponía a la estadidad, pues esperaba que la delegación de los dos senadores y el congresista fuese demócrata; el territorio no era contiguo a los otros 48 estados; y la mayor parte del territorio era propiedad de los militares o estaba ocupado por ellos, y el restante no se percibía como económicamente viable.[7]

El plebiscito de Alaska

 En el plebiscito de 1958 se presentó solamente la opción de la estadidad, obviando las de territorio, independencia y commonwealth (posteriormente, este tipo de plebiscito se convirtió en un problema).

El requisito para votar fue hablar y escribir inglés, lo que limitó la participación de los nativos, y el Congreso permitió que los militares y sus dependientes votaran en el plebiscito.

Petróleo en Alaska

En 1957 cambió el escenario con el descubrimiento de petróleo en Alaska, en el río Swanson,   Península de Kenai. La industria petrolera tejana perseguía explotar el preciado líquido e influenciaron a sus congresistas en Washington.

 Este evento logró derrotar la oposición a la estadidad del poderoso Speaker de la Cámara de Representantes, Sam Rayburn (D-TX), y del portavoz de la mayoría en el Senado, Lyndon B. Johnson (D-TX).

Rayburn se reunió con representantes de Alaska dos días después que la Richfield Oil Company perforara exitosamente sus primeros pozos de petróleo.

 El representante de Alaska, Ralph Rivers, y el de Hawái, Benny Harrington, afirmaron: “… the oil boys in Texas wanted Alaska admitted”.[8] La oposición de los republicanos fue vencida por el hallazgo del petróleo porque este haría viable económicamente el nuevo estado.

El proyecto de estadidad de Alaska

El problema de los dos senadores demócratas se resolvería subsiguientemente con los planes de aprobar la estadidad para Hawái y la expectativa de que sus dos senadores fuesen republicanos,[9] manteniendo así el balance político en el Senado antes de la estadidad de los territorios.

Finalmente, el Senado aprobó el proyecto de estadidad para Alaska en una votación de 64 a favor, 20 en contra y 12 abstenidos. No votaron a favor senadores legendarios como Sam Ervin, J. William J. Fulbright, Herman Talmadge, Strom Thurmond, John Stennis, Prescott Bush y Olin Johnston. Albert Gore y Lyndon B. Johnson se abstuvieron.

Eisenhower firmó el proyecto de ley el 7 de julio de 1958, que convirtió a Alaska en el estado 49 el 3 de enero de 1959.

La americanización de Hawái

En 1820 Estados Unidos comenzó el proceso de americanización de las islas hawaianas mediante el arribo de los misioneros estadounidenses (protestantes New Englanders, calvinistas y mormones) para evangelizar, educar y civilizar a los nativos.

En 1836 estadounidenses amigos y familiares y los propios misioneros comenzaron a sembrar y exportar azúcar a Estados Unidos.[10]Los misioneros cristianizaron a la monarquía hawaiana y ayudaron a los hawaianos a redactar su constitución.

El golpe de Estado de la Reina

En 1842 Estados Unidos reconoció la soberanía hawaiana, lo que evitaría el acaparamiento que venían realizando los británicos y franceses con otras islas del Pacífico.

Pero en 1893 los hacendados blancos descendientes de misioneros y los militares estadounidenses provocaron un golpe de Estado contra la reina.

La Marina, inspirada en el pensamiento del capitán Alfred Thayer Mahan,[11] necesitaba las islas para reabastecer sus barcos con carbón y proteger la entrada occidental del Canal de Panamá.

La anexión de Hawái

 En 1898 Estados Unidos anexó arbitrariamente a Hawái, como lo que luego sería definido “territorio incorporado”, a pesar de que el 98% de la población se oponía a la anexión.

Este acto colocó a Estados Unidos en el grupo de las naciones imperialistas del mundo.

A los meses, como resultado de la Guerra Hispanoamericana, Estados Unidos añadiría a su imperio a Filipinas, Puerto Rico, Guam y, semioficialmente, a Cuba.

La emigración puertorriqueña a Hawái

En 1899 el huracán San Ciriaco afectó adversamente las plantaciones de azúcar en Puerto Rico y esto, a su vez, ocasionó un alto desempleo.

 La crisis representó una oportunidad para la industria azucarera de Hawái, y las compañías estadounidenses la aprovecharon para reclutar mano de obra puertorriqueña.

 En 1900 comenzó la emigración a Hawái de unos 5,000 puertorriqueños que sufrieron una travesía larga e inhumana, y que al arribar se enfrentaron a condiciones de trabajo que distaron mucho de ser las prometidas.

Pearl Harbor y la Segunda Guerra Mundial

  El 7 de diciembre de 1941 los japoneses bombardearon y torpedearon la base naval de Pearl Harbor: hundieron o dañaron 20 buques, incluyendo 8 acorazados y 300 aviones. En el sorpresivo ataque perecieron 2,400 estadounidenses y 1,000 fueron heridos.

Al día siguiente, Estados Unidos declaró la guerra a Japón. Subsiguientemente Alemania, aliado de los japoneses, le declaró la guerra a Estados Unidos, arrastrando al país a la Segunda Guerra Mundial.

La Guerra Fría

 Después de la guerra, uno de los temas que prevalecieron en el mundo fue la descolonización. La recién fundada Organización de las Naciones Unidas (ONU), con su Comité Especial de Descolonización,[12] incluía a Hawái como uno de los territorios pendientes de descolonizar.

 Al llegar la Guerra Fría al continente asiático con el conflicto bélico en la península de Corea, la importancia estratégica de las islas hawaianas incrementó nuevamente.

Estas situaciones reactivaron el interés de convertir el archipiélago de Hawái en estado de la Unión.

La oposición en el Congreso

En el Congreso existía oposición porque el archipiélago hawaiano no estaba adyacente a los 48 estados; la proporción de asiáticos en la población era alta, comparada con tan solo una tercera parte compuesta por caucásicos; y los sindicatos de las plantaciones y los muelles eran objeto de la infiltración comunista.[13]

 El senador Lyndon B. Johnson opinaba que el racial potpourri en las islas era un aspecto positivo que podría convertirse en un modelo de armonía racial, e ingenuamente pensaba que podría ser un ejemplo para el Sur de Estados Unidos y sus problemas raciales.

Johnson creía que “admitting it [Hawái] as the fiftieth state would show the world that the United States truly believed in multiracial equality”.[14]

El balance de poder en el Senado

 Una vez se aprobó la estadidad para Alaska  en 1958 con sus dos senadores demócratas, se esperaba que los senadores de Hawái fueran republicanos. Por tanto, los senadores republicanos respaldaban la estadidad de las islas para neutralizar la adición de los dos demócratas de Alaska.[15]

Para Eisenhower, a pesar de su población asiática, los hawaianos habían batallado contra asiáticos y comunistas en la Guerra de Corea.

Con una población de 632,000 habitantes, Hawái tenía un reclamo mayor que Alaska, de una población de solo 224,000.

Además, era autosuficiente por su producción de $150 millones en azúcar, $115 millones en piña y $80 millones de su  industria de turismo. Su economía generaba ingresos federales de cerca de $166 millones, una cifra más alta que la generada por 10 estados de la Unión.[16]

El plebiscito de Hawái

Se ha estipulado que el 94% de los hawaianos favoreció la estadidad en el plebiscito.

Sin embargo, un análisis de los números refleja otra realidad. En las elecciones de 1959 (generales y plebiscitarias), de las 171,383 personas que acudieron a las urnas,[17] 30,639 se abstuvieron de votar por el sí o el no a la estadidad. O sea, que solo el 77% votó a favor.

Pero más aún, si lo analizamos desde el punto de vista del universo de posibles electores (de la población de 632,000,[18] solamente 381,000 tenían edad para votar), solo el 35% votó a favor de la estadidad. Un dato interesante es que el 23% de la población no había nacido en Hawái.

 La votación en el Senado sobre la admisión de Hawái fue de 76 a favor, 15 en contra y 7 abstenidos.

Entre los votos en contra figuraban prominentes senadores como Richard Russell, Herman Talmadge, John Stennis, Olin Johnston y Strom Thurmond. Entre quienes se abstuvieron, se encontraban Albert Gore y Hubert Humphrey.

Contrario a la votación sobre la estadidad de Alaska, en la que Lyndon B. Johnson se abstuvo, en esta votación, Johnson respaldó la estadidad de Hawái.

El 18 de marzo de 1959 Eisenhower firmó el proyecto de ley que convirtió a Hawái en el estado 50 de la Unión.

Paralelamente, en marzo de 1959 se presentó el proyecto Fernós-Murray para desarrollar el Estado Libre Asociado hacia una mayor autonomía política, pero el proyecto no salió del Comité de lo Interior y Asuntos Insulares. 

Contrario a Alaska y Hawái que eran territorios incorporados destinados a convertirse en estados de la Unión, Filipinas era y Puerto Rico es un territorio no incorporado.

Según reza en los Casos Insulares del Tribunal Supremo, la Constitución de Estados Unidos no aplica en su totalidad a los ciudadanos de los territorios no incorporados.

Aunque Puerto Rico tenía una fuerte presencia militar y un rol estratégico, no era tan importante como Alaska y Hawái, que eran los territorios más cercanos a la Unión Soviética y a China. Actualmente, existen nueve bases militares activas en Alaska, once en Hawái y ninguna en Puerto Rico.

Disculpa del Congreso y el Presidente por el derrocamiento de un gobierno soberano

En noviembre de 1993 el presidente Bill Clinton firmó la Ley Pública 103-150, aprobada por el Congreso y conocida como la Resolución de Disculpa.

Esta resolución es una disculpa explícita “a los hawaianos a nombre del pueblo de los Estados Unidos por el derrocamiento del Reino de Hawái el 17 de enero de 1893… y la privación de los derechos de los nativos hawaianos a la libre determinación”.

La resolución reconoce que el embajador de Estados Unidos, John L Stevens, conspiró junto a un grupo pequeño de residentes no hawaianos, incluidos ciudadanos estadounidenses, para derrocar el Gobierno legal de Hawái.

También admite que la Marina de Guerra invadió las islas y rodeó el Palacio de Gobierno.

Acepta que el Gobierno de Estados Unidos reconoció el Gobierno provisional de los conspiradores sin el consentimiento de los ciudadanos ni del Gobierno legal, violando tratados firmados entre los dos países y el derecho internacional.

Insatisfacción con la estadidad en Alaska

Muchos de los residentes de los dos nuevos estados no están satisfechos con los cambios resultantes de la conversión de su territorio incorporado en un estado de la Unión.

El Alaska Independence Party (www.akip.org) promueve la independencia de Alaska, basado en que el plebiscito que se celebró para aprobar la estadidad es inválido porque no se presentaron otras opciones a los votantes.

Los ingresos que genera para Estados Unidos la  industria del petróleo en Alaska son mucho mayores que los fondos federales que recibe el estado.

El éxito económico de Alaska proviene de los ingresos del petróleo y no de su estadidad, considerada por muchos alaskeños como de segunda clase.

La marginación de los nativos hawaianos

En el caso de Hawái, la población nativa ha sido desplazada por asiáticos (37.6%), caucásicos (25.5%) y mezclas de dos o más razas (24.2%).

Los nativos hawaianos y de otras islas del Pacífico representan solo el  10.1%.[19] Los nativos sufren los niveles más bajos de bienestar económico y social de Hawái.

La situación ha llevado a grupos de hawaianos a reclamar su soberanía para crear un modelo basado en la autosuficiencia. Denuncian que la Resolución de Disculpa aprobada por el Congreso y el presidente Clinton confirman la ilegalidad de la presencia estadounidense en su nación hawaiana.

La estadidad no significó el bienestar para las poblaciones indígenas; han sido los extranjeros quienes se han beneficiado de ella.

El profesor Francis A. Boyle publicó en 2014 un libro titulado Restoring the Kingdom of Hawaii: The Kanaka Maoli Route to Independence y se han constituido grupos que claman por la independencia de Hawái (www.hawaiiankingdom.info y www.hawaii-nation.org).

La National Lawyers Guild (NLG), la mayor y más antigua asociación progresista de abogados estadounidenses, ha demandado que Estados Unidos cumpla inmediatamente con la ley internacional humanitaria con relación a la  ocupación ilegal del Reino de Hawái desde 1893.

Las diferencias entre Alaska/Hawái y Puerto Rico

Al igual que en los casos de Alaska y Hawái, a través de los años el territorio no incorporado de Puerto Rico ha recibido el endoso de presidentes estadounidenses para convertirse en un estado de la Unión.

Sin embargo, en más de cien años desde la invasión de Estados Unidos en 1898, la isla no se ha convertido en un territorio incorporado, como fue el caso de Alaska y Hawái, ni siquiera durante las dos guerras del siglo XX cuando el control de Puerto Rico se consideraba vital para la seguridad de Estados Unidos.

 En estos más de cien años nunca se ha considerado y evaluado seriamente un proyecto de estadidad para Puerto Rico en el Congreso.

En 1959 cuando se otorgó la estadidad a Alaska y Hawái, las consecuencias para Estados Unidos de la estadidad de Puerto Rico  en términos de transferencias federales y representación congresionales habrían sido muy diferentes, ya que la isla tenía una población de 2,350,000 habitantes, un número mucho mayor, comparado con los 224,000 de Alaska y los 632,000 de Hawái.

Distinto a Alaska y Hawái, Puerto Rico es una nación latinoamericana habitada en casi su totalidad por su población criolla hispanoparlante.

Los puertorriqueños, por tener la ciudadanía estadounidense, tienen al alcance inmediato la estadidad en 50 estados de la Unión.

Los embajadores de los presidentes Barack Obama y Donald Trump resaltaron en ocasiones diferentes ante la Organización de Estados Americanos (OEA) que no existe diferencia entre la ciudadanía estadounidense de un puertorriqueño y la de un continental.

Un puertorriqueño que se reubica en uno de los cincuenta estados es igual a los otros residentes de dicho estado y un estadounidense que se muda a Puerto Rico es igual al resto de los puertorriqueños residentes en la isla. La diferencia estriba en el territorio no incorporado y no en la ciudanía.

Al igual que sucedió con Alaska y Hawái, el día  en que el Congreso presente un proyecto de estadidad para Puerto Rico, dicho proyecto estaría enmarcado en los intereses políticos partidistas de ese cuerpo y en las ventajas estratégicas y económicas que aportaría a Estados Unidos la adición del nuevo territorio.

 

[1] Según estipulado en los Casos Insulares del Tribunal Supremo, los territorios pertenecen pero no son parte de Estados Unidos. En los territorios no incorporados aplican solamente algunos aspectos de la Constitución de Estados Unidos y los residentes no pagan contribuciones federales sobre ingresos. Los territorios incorporados están destinados a convertirse en estados de la Unión. Alaska y Hawái fueron los dos últimos territorios incorporados habitados.

[2] Perret, Geoffrey. Eisenhower. Random House, New York, 1999, pág. 589.

[3] Paralelamente promovió y aprobó el Interstate and Defense Highways System copiando el sistema de autobahns creado por Hitler para la Alemania nazi que interconectaba todas las ciudades del país.

[4] Hasta el presente, todos los gobernadores, senadores y congresistas han sido caucásicos, Ningún cargo de gobernador, senador o congresista ha sido ocupado por nativos de Alaska.

[5] Eisenhower, Dwight D. Waging Peace: The White House Years 1956-1961. Doubleday & Company, Garden City, 1965, pág. 324.

[6] En 1959 se convirtió en el primer senador del estado. Ocupó el escaño hasta 1969.

[7] Perret, Geoffrey. Op. cit., pág. 589.

[8] Whitehead, John S. Completing the Union: Alaska, Hawaii, and the Battle for Statehood”. University of New Mexico Press, Alburquerque, 2004, pág. 283.

[9] Solamente uno fue republicano, el otro resultó ser demócrata.

[10] El azúcar no era oriunda de Hawái, sino de Indonesia, y su siembra la habían desarrollado los emigrantes chinos, quienes conocían el arte de cultivar azúcar por generaciones.

[11] El estratega naval estadounidense publicó en1890 el libro The influence of Sea Power upon History: 1660-1783. En él destacaba la necesidad de una poderosa fuerza naval para que una nación pudiera  convertirse en un poder mundial. Su libro fue uno de los más influyentes de su generación y un importante exponente del imperialismo. Otro libro importante de Mahan es The problem of Asia: its effect upon international politics (1900).

[12] Según la ONU, desde su fundación, más de 80 antiguas colonias con una población entre todas de 750 millones de personas han obtenido la independencia.

[13] Los comunistas controlaban la International Longshoremen’s and Warehouse Union con sus 25,000 miembros.

[14] Unger, Irwin and Unger, Debi. A Life: LBJ. John Wiley & Sons, New York, 1999, pág. 225.

[15] Los primeros senadores de Alaska fueron Bob Barlett (D) y Ernest Gruening (D). En 1970 uno de los senadores electos era republicano; de 1980 hasta el 2008 ambos senadores eran republicanos; y desde el 2014 hasta el presente ambos son republicanos. Los primeros senadores de Hawái fueron Hiram Fong (R) y Oren E. Long (D). Desde 1976 hasta el presente ambos han sido demócratas.

[16] Eisenhower, Dwight D. Op. cit., pág. 325.

[17] State of Hawaii Data Book

[18] US Census 1960

[19] US Census 2019