May 31, 2012

La importancia de las instituciones

La importancia de las instituciones

 Artículo publicado en El Nuevo Día.

Las instituciones de un país constituyen la piedra angular de su sociedad.

Los profesores Daron Acemoglu y James Robinson  plantean en su recién publicado libro, “Why Nations Fail”, que las instituciones políticas y económicas son la base para el éxito económico de los países.

Los autores afirman que no es la cultura, el clima ni la geografía los factores determinantes para el éxito de un país. 

Por ello Botswana se ha convertido en uno de los países de más rápido crecimiento en el mundo mientras países vecinos en el continente africano como Zimbabwe, el Congo y Sierra Leona viven en la pobreza y la violencia.

En las antiguas colonias españolas que alcanzaron su independencia en el siglo 19, los nuevos gobiernos de los criollos mantuvieron o mantienen las instituciones exclusivas que imperaban en la época colonial.

Lo mismo ha ocurrido en países descolonizados tras   la Segunda Guerra Mundial.  Esa es la principal razón por la cual algunos no pueden salir del estancamiento económico y social.

Las instituciones tienen que ser inclusivas y los ciudadanos deben confiar y creer en ellas.  El favoritismo, el partidismo y elementos de control y poder  tienen que estar marginados de estas instituciones.

La globalización y la revolución tecnológica hacen más relevantes aún las instituciones políticas, económicas y sociales.

Durante la revolución social y económica de Puerto Rico en las décadas del cuarenta y cincuenta, se fortalecieron las instituciones principales del país y se crearon algunas nuevas.

Se fortalecieron instituciones de profesionales como el Colegio de Abogados (1840);  culturales como el Ateneo Puertorriqueño (1876) y educativas como la Universidad de Puerto Rico (1903). 

La Universidad de Puerto Rico ha sido sin duda la institución más importante en el desarrollo del país, formando un valioso recurso humano, siendo un mecanismo efectivo para reducir la inequidad y aportando investigaciones valiosas.

Durante este período se crearon importantes instituciones gubernamentales: en 1941, la Autoridad de Tierras y la Autoridad de las Fuentes Fluviales; y en 1942, la Junta de Planificación, el Banco de Fomento y la Compañía de Fomento.

El éxito de las políticas económicas de este período estaba enormemente condicionado por la calidad de las instituciones que le sirvieron de base.

Mario Vargas Llosa, en su escrito “¿Por qué fracasa América Latina?”, señala:

“Las instituciones no pueden vivir en un país si la gente no cree en ellas y, por el contrario, tienen una desconfianza fundamental y ve en ellas no una garantía de seguridad, de justicia, sino exactamente todo lo contrario.”

La actual crisis que sufre Puerto Rico se ha profundizado por haberse deteriorado la credibilidad en las instituciones públicas y privadas y en los hombres que las dirigen.

Esta situación no se genera de un día para otro; ha sido un proceso gradual de acumulación de errores.

Puerto Rico ha evidenciado recientemente el desplome de la credibilidad de instituciones como los tribunales, la Policía, la Legislatura y, recientemente, la Comisión Estatal de Elecciones. 

El extremo partidismo ejercido al obviar  los méritos y la evaluación objetiva en los nombramientos de los nuevos jueces al Tribunal Supremo ha marchitado la imagen de lo que debe ser el máximo cuerpo de la objetividad para impartir justicia.

El partidismo ha minado la credibilidad de instituciones responsables por las estadísticas, la cultura y la energía.

La descolegiación del Colegio de Abogados y el desmantelamiento paulatino de la Universidad de Puerto Rico culminan la tendencia hacia la desestabilización de las instituciones.

Douglas C. North, galardonado con el Premio Nobel de Economía, afirma que la función principal de las instituciones en la sociedad es reducir la incertidumbre estableciendo estructuras estables de la interacción humana.

Puerto Rico continuará en su marasmo social y económico mientras no fortalezca sus instituciones y estas no recobren su credibilidad y la confianza de la ciudadanía.

 

 

 

 

 

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