La indiferencia local al cambio climático

Artículo publicado en El Nuevo Día.
Mientras se realizan cientos de protestas alrededor del mundo clamando por la protección del planeta, en Puerto Rico se pretende anular el Plan de Uso de Terrenos, y la AEE, dependiente de combustibles fósiles, evade un plan maestro para la conversión a energía renovable.
El calentamiento global traerá más migraciones, enfermedades y fenómenos extremos.
Este año hemos sido testigos de récords de temperatura en casi todos los puntos del globo, siendo el mes de julio el mes más caluroso de la historia. Presenciamos el derretimiento de hielo en el Ártico, fuegos devastadores en el Amazonas y en África, y una activa temporada de huracanes en el Atlántico. Estos fenómenos evidencian que los cambios anunciados desde hace décadas ya son realidad con graves consecuencias.
Los desastres naturales agudizan la desigualdad mundial acentuando la tragedia de la población más vulnerable. Estos son los más afectados por las sequías, inundaciones, cosechas arrasadas y enfermedades como lo evidenciamos en Puerto Rico con el huracán María.
Según la mayoría de los científicos las emisiones de gases de efecto invernadero están detrás del calentamiento. Los cambios de temperaturas están causados por la quema masiva del carbono de los combustibles fósiles y la emisión masiva de dióxido de carbono tan rápida que los océanos no logran absorber más de la mitad de esa emisión.
La meta de la ONU es la reducción del 45% de la emisión de dióxido de carbono en el 2030 y, para el 2050, la neutralidad del carbono, o sea que la cantidad de emisión no superen la que pueden absorber, por ejemplo, los bosques.
El Acuerdo de París, firmado en el 2015 por 195 países, tiene como objetivo principal que el incremento de la temperatura no supere los 2 grados centígrados respecto a los niveles preindustriales y tratar de reducirlo a 1,5.
El Pacto fue construido sobre eslabones de cinco años para que después de ese tiempo los países puedan evaluar su esfuerzo y revisarlo.
Para cumplir con los compromisos de reducción de gases contaminantes, Alemania acaba de aprobar una inversión de 54,000 millones de euros. Angela Merkel, canciller alemana, comentó: “Hay numerosas evidencias en el mundo científico, y quien pretenda ignorarlas no actúa con justicia hacia el futuro”. Alemania impulsa una ambiciosa transición hacia una economía verde.
La contraparte de Merkel, el presidente estadounidense Donald Trump, decidió arbitrariamente abandonar el Acuerdo de París firmado por Estados Unidos. Todos los demás países del mundo reiteraron su apoyo al Acuerdo. Afortunadamente, debido a una restricción de cuatro años, Estados Unidos (incluyendo Puerto Rico) puede retirarse solamente si Trump es reelegido y cumple su amenaza.
Recientemente, la guatemalteca Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz (1992), junto a una decena de laureados con el Nobel de la Paz, en una ceremonia maya en México, pidió tres veces perdón a la Tierra. “Perdón por ensuciarla, perdón por no cuidarla y perdón por destruirla.”
Esta semana se celebra en Nueva York la Cumbre del Clima auspiciada por la ONU. Encuestas de opinión pública, manifestaciones masivas e íconos juveniles como la adolescente sueca Greta Thunberg están forzando a los líderes políticos a asumir posiciones proactivas para salvar al planeta.
Antonio Guterres, secretario general de la ONU, comentaba que “las consecuencias de los desastres naturales son cada vez más devastadoras”. Luego de evidenciar el impacto del huracán Dorian en las Bahamas reflexionó: “La naturaleza está enfadada y no puedes jugársela a la naturaleza porque te devuelve el golpe”.
Puerto Rico no ha aprendido de los golpes de la naturaleza evidenciados por los estragos de los huracanes, la pérdida de costas, las altas temperaturas y las sequías. Un sistema de energía renovable sin combustibles fósiles y un Plan de Uso de Terrenos que proteja los recursos naturales deben ser contribuciones importantes del país a la lucha contra el cambio climático del planeta.