La nueva mayoría

Artículo publicado en El Nuevo Día.
El resultado de las elecciones de 1940 es el escenario político más similar al del 2020.
En aquel momento, al igual que ahora, el poder político residía en la metrópolis. El gobernador era nombrado por el presidente estadounidense y respondía a la metrópolis.
En la actualidad, la Junta Fiscal, nombrada por la metrópolis, es responsable fiscalmente de la isla, pero no responde a los afectados.
En 1940 el comisionado residente era el oficial electo de más alto rango. Bolívar Pagán, candidato de la Coalición, fue elegido con un 39% de los votos.
En el 2020 el candidato de mayor rango, Pedro Pierluisi, del Partido Nuevo Progresista, ganó la gobernación con un 33% de los votos. La comisionada residente del Partido Nuevo Progresista y miembro del Partido Republicano, Jennifer González, fue electa con un 40% y será miembro sin voto en un Congreso dominado por el Partido Demócrata.
En 1940 la legislatura quedó controlada por el recién fundado Partido Popular Democrático. En la Cámara de Representantes, la mayoría emanaba de una alianza entre el Partido Popular y los Tripartitas.
El Partido Popular, en su debut electoral, se colocó en un sitial ventajoso para posteriormente ganar las elecciones de forma abrumadora en 1944.
En el 2020 el Partido Popular logró la mayoría de los escaños en la legislatura.
Sin embargo, su enorme fuerza política radica en que este cuerpo mayoritariamente representa al 67% del electorado que no votó por el gobernador que dirige la rama ejecutiva.
En el Senado, la suma del PPD, el MVC, el PD, el PIP y un independiente representan el 67% (posiblemente 70%) de los votos. En la Cámara de Representantes representan el 59%.
La vasta mayoría del electorado rechazó la gestión gubernamental del Gobierno del Partido Nuevo Progresista dirigido por Ricky Rosselló-Wanda Vázquez, Tomás Rivera Schatz y Johnny Méndez.
La legislatura del pasado cuatrienio ocupará un sitial nefasto en los anales de la historia de Puerto Rico. Su incapacidad, niveles de corrupción, ausencia de transparencia, insensibilidad hacia el pueblo y procesos antidemocráticos la hacen merecedora de esa posición.
Fue este pésimo desempeño del PNP en el pasado cuatrienio lo que ocasionó que la mayoría del pueblo lo rechazara.
Los eventos acontecidos en días recientes entre las ramas ejecutiva y legislativa del PNP confirmaron su insensibilidad y desconexión de la realidad evidenciada en el rechazo del pueblo en las urnas.
Atornillar funcionarios, y someter cien nombramientos y negociarlos sin el debido proceso de evaluación correspondiente constituyen una busconería e inmortalizan la gestión de este Gobierno.
El país rechazó dicha forma de proceder votando mayoritariamente en contra de este tipo de gobierno y delegando en la legislatura su sentir.
La nueva mayoría del país está evidenciada y representada por los candidatos electos del PPD, el MVC, el PD y el PIP en la legislatura.
La nueva mayoría del país reclama cambios. Pretender que lo sucedido en la legislatura fue un mero cambio de poder entre los dos principales partidos políticos sería evadir la realidad del país comprobada por los resultados electorales del 2020.
Esta nueva mayoría tiene la consigna histórica de rescatar a un país sumergido en un pantano de corrupción e incompetencia, que además sufre los efectos de una quiebra, huracanes, terremotos, la pandemia, el rechazo de la metrópolis, y la carencia de una brújula para su futuro y de liderato visionario.
La clave para lograr que estas circunstancias se conviertan en oportunidades radica en contar con un liderato conjunto de la legislatura, capaz de convocar y conglomerar a esta nueva mayoría con una agenda para establecer un cuerpo con credibilidad, trasparencia, acceso al mejor talento del país, y comprometido con erradicar la corrupción y escuchar los reclamos del pueblo.
Esta nueva mayoría tiene la consigna patriótica de asumir su responsabilidad histórica.