Aug. 16, 2013

La oportunidad histórica

La oportunidad histórica

Artículo publicado en El Nuevo Día.

Las vistas públicas del Comité de Energía y Recursos Naturales del Senado federal celebradas el 1 de agosto de 2013 presentan  una oportunidad histórica para que Puerto Rico tome la iniciativa de resolver el problema del status mediante la convocación de una Asamblea Constitucional de Status.

No se debe menospreciar estas vistas como otras más.  Fueron convocadas para discutir los resultados del cuarto plebiscito en nuestra historia. 

Han sido las primeras desde que la Marina de Guerra cedió finalmente su control de Puerto Rico. 

El rol de la Marina de Guerra en nuestro país en la segunda mitad del siglo XX es descrito minuciosamente por el fenecido abogado estadounidense Richard Copaken en su libro “Target Culebra”.

Si bien es cierto que fue una falta de respeto a Puerto Rico que  en la vista solo asistiesen tres senadores, los miembros de los comités no participan en los asuntos de los muchos comités a los cuales pertenecen, a menos que afecten directamente a sus estados o que haya discrepancias entre las delegaciones de los dos partidos. 

O sea, rara vez un senador se involucra en asuntos del Comité cuando no afectan a sus votantes y hay consenso entre el  presidente y el portavoz de la minoría en el Comité.

El Senado es el cuerpo de más alto rango en el Congreso y, a su vez, según la Constitución de Estados Unidos, tiene poderes plenarios sobre los territorios.

Tales poderes fueron los que  llevaron al Congreso en 1952 a eliminar arbitrariamente la sección 20  de la Constitución de Puerto Rico,  ya aprobada mediante un referéndum por los puertorriqueños y endosada por el presidente Harry S. Truman.

Fue en este Comité del Senado donde se detuvieron los eventos acontecidos durante el período de 1989-91, los cuales nos llevaron al punto más cercano en nuestra historia de resolver el asunto del status.

El poderoso presidente del Comité, Ron Wyden (D-OR), expresó claramente que Puerto Rico lleva 115 años siendo un territorio no incorporado y que ha llegado el momento de que decidamos el futuro político del país. 

También precisó que no solucionar el status contribuye al problema económico y de alta incidencia criminal del país.

Señaló incluso que para que Puerto Rico pueda afrontar los retos económicos y sociales y desarrollar su potencial, tiene que resolver el problema del status.  Las dos opciones que presenta son la soberanía y la estadidad.

Añadió que la relación política actual socava la posición moral de Estados Unidos ante el mundo.

Sus principios democráticos y la necesidad de consentir de los gobernados no le permiten mantener la situación actual en la que se aprueban leyes que afectan a  ciudadanos sin su consentimiento.

También confirmó que en el plebiscito reciente la mayoría de los electores rechazaron el status actual territorial, pero no aceptó la interpretación de que la estadidad había ganado el plebiscito.

El senador repitió lo que han dicho las pasadas administraciones en el Congreso y la Rama Ejecutiva, que el ELA mejorado no es una opción constitucionalmente viable.

La participación de los políticos  puertorriqueños en las vistas era la de esperarse: la elocuencia de Berríos, el “ay, bendito” de Pierluisi y la negación del territorio de García Padilla. Sus participaciones fueron inconsecuentes.

El  PPD niega que Puerto Rico sea un territorio, pero de ser así, la pregunta es: ¿Por qué continúan deponiendo en los Comités del Congreso a cargo de los territorios en lugar de llevar sus planteamientos al Departamento de Estado como lo hacen los  no-territorios? 

Lo relevante de las vistas fue la invitación de Wyden a que los puertorriqueños se pongan de acuerdo. Como dice el refrán popular: “Más claro no canta un gallo”.  El próximo paso debe ser  la Asamblea Constitucional de Status y que el pueblo decida.