Las consecuencias de los eventos

Artículo publicado en El Nuevo Día.
A través de la historia, los eventos importantes tienen consecuencias que enocasiones pasan desapercibidas durante muchos años.
Para el historiador Francis Fukuyama, la Gran Depresión de 1929 propició el aislamiento, el nacionalismo, el fascismo y la Segunda Guerra Mundial pero también trajo el Nuevo Trato, la conversión de Estados Unidos en una potencia global y, posteriormente, la descolonización de casi todas las naciones.
En Puerto Rico, durante la segunda mitad del siglo XX y las primeras décadas del XXI, seis eventos tuvieron un impacto dramático en la sociedad.
- Los cupones de alimento. Su llegada en el cuatrienio del primer gobernador anexionista electo en 1968 cambió dramáticamente la política pública prevaleciente de minimizar la transferencia de fondos federales y estimular la autosuficiencia, para sustituirla por una política de dependencia. Esto es sin menospreciar la importancia del programa de ayuda social para las familias puertorriqueñas.
- El salario mínimo federal. Su aplicación obligatoria en el cuatrienio de 1976 arrastró forzosamente el frágil modelo económico de Puerto Rico al nivel de la economía del primer mundo de Estados Unidos. Si bien hay que reconocer que los aumentos del salario mínimo constituyen una medida de justicia social para el trabajador, estos obedecían objetivos mezquinos de promover una igualdad irreal entre las economías de Estados Unidos y Puerto Rico. Esta imposición afectó adversamente la competitividad de la Isla al quitarle el poder de negociación con posibles inversionistas.
- Los tratados de libre comercio que comenzaron con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA) en 1994 eliminaron una de las ventajas que brindaban el modelo económico de Puerto Rico: acceso al mercado estadounidense. En un período de quince años, Estados Unidos implementó tratados con nueve países latinoamericanos: México, Chile, Perú, Honduras, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Costa Rica y la República Dominicana. Puerto Rico perdió su ventaja competitiva.
- Las 936. La eliminación de la exención contributiva federal fue promovida por los gobernantes del cuatrienio de 1992. Las empresas 936 proveían empleos bien remunerados y fondos depositados en catorce bancos comerciales utilizados en la economía local para financiar pequeños negocios, la industria de la construcción, automóviles, etc. Su eliminación, efectiva en el 2006, arrastró a los gobernantes subsiguientes al endeudamiento sin fuente de repago, lo que desembocó en la quiebra del país.
- Esta ley de quiebras, impuesta unilateralmente en el 2016 por la metrópolis a su colonia, fue respaldada patéticamente por el gobernador García Padilla y el comisionado residente Pierluisi. Los millones de dólares gastados arbitrariamente por la Junta Fiscal dictatorial fueron subsidiados por la colonia en quiebra. Finalmente acordaron un plan de pago reducido sin un programa económico que sustente la fuente de repago de la deuda.
- María. El devastador y mortífero huracán del 2017 afectó a todo el país sin distinción de estrato social. Este cataclismo sirvió de escenario para la visita telegráfica del Jefe de Estado de la colonia, quien aprovechó la oportunidad para humillar a los nativos obsequiándoles generosamente rollos de papel toalla.
Esta desgracia también sirvió de escenario para exhibir la alta corrupción prevaleciente en la metrópolis: desde los amigos del presidente en Montana controlando Whitefish Energy hasta los allegados de congresistas de Luisiana que distribuían diésel localmente a un alto costo al Gobierno federal. Si el bienestar de los locales hubiera sido la prioridad, estos fondos se habrían utilizado para establecer un sistema eléctrico resistente a huracanes o un sistema de energía renovable en lugar de pensar solo a corto plazo. La corrupción en la metrópolis ha servido de inspiración para los puertorriqueños desde el primer gobernador civil estadounidense, Charles Allen, en 1900.
En Puerto Rico nos hemos resignado a ver los eventos transcurrir y a tomar decisiones para remediar lo inmediato sin considerar las consecuencias a largo plazo.