Los bonos y un proyecto de futuro

Artículo publicado en El Nuevo Día.
El desplome de la valorización de los bonos de Puerto Rico, incluyendo el de los “super seguros” bonos COFINA, se debe principalmente a la desconfianza que tienen los mercados de valores sobre el futuro de Puerto Rico.
Estados Unidos tiene un déficit histórico y Singapur una deuda pública alta pero sus bonos no son afectados adversamente debido a que los inversionistas tienen confianza en el futuro de esos países.
El derrumbe de los bonos de Puerto Rico en los mercados estadounidense ha tenido un efecto devastador para los inversionistas locales y los planes de retiro de los empleados.
Esto se suma a los golpes recibidos como resultado de la debacle de la banca local, el deterioro de la industria de la construcción, los altos costos de energía y la destrucción de comercios locales por las megatiendas multinacionales.
En mayo del 2012 el Banco de la Reserva de Nueva York en su informe sobre Puerto Rico alertó que el país debe disminuir la dependencia de la industria farmacéutica ya que la misma está afectada adversamente con la expiración de sus patentes.
Actualmente, no existe un plan para identificar y desarrollar un sector que pudiera sustituir a la industria farmacéutica.
Durante el pasado gobierno de Luis Fortuño se vendió a los inversionistas (y al 47% de los electores) la idea que le economía de Puerto Rico estaba en franca recuperación.
El quebrantamiento de esa fantasía, acompañado con la falta de un plan coherente a largo plazo son los factores que han minado la credibilidad del país.
Los gobernadores de turno se han dedicado a resolver los problemas inmediatos y concentrarse en su re-elección, olvidando la consigna de crear un mejor país para las generaciones futuras.
Aunque Puerto Rico siempre ha tenido problemas que superar, hace varias décadas el país operaba con planes a largo plazo que proveían confianza sobre el futuro del país.
En 1951, Luis Muñoz Marín ofreció su tercer mensaje anual a la Asamblea Legislativa. Este es uno de los mensajes más importantes de los dieciséis mensajes anuales que ofreció a ese foro.
En el mensaje hace un recuento de los logros extraordinarios de los diez años en los cuales el Partido Popular había controlado la legislatura (1941-1951) y presenta su plan de trabajo para los próximos diez años.
Entre los temas recurrentes de todos los mensajes de Muñoz Marín se encuentran la creación de empleos, el aumento de la producción, la calidad de vida, la justicia social, la educación, la salud y el disminuir la dependencia de nuestra economía de los ingresos federales.
También era recurrente su compromiso con la abolición de la pobreza extrema y su alerta al materialismo y el consumismo excesivo.
No se trazaban metas en el vacío o frívolas, sino que había un plan de trabajo con objetivos específicos y prioridades que respondían a una economía no globalizada, dominada por Estados Unidos y con un acceso especial a su mercado.
Su mensaje impregnaba esperanza al señalar que “este pueblo, si desea hacer una cosa, si se propone de verdad hacerla, la hace”.
También señalaba que” para lograr grandes fines hay que hacer sacrificios, hay que llevar a cabo experimentos, hay que correr riesgos y resignarse a ver que algunos riesgos se realizan en fracaso parcial o total”.
El mensaje era uno inspirador que reconocía los logros alcanzados elogiando el esfuerzo de todos y exhortando a la ciudadanía a participar en la consigna de escalar niveles superiores.
En ese mensaje Muñoz Marín anunció la convocación de una Asamblea Constituyente para confeccionar una constitución que reformaría la colonia clásica.
Puerto Rico necesita un plan a corto y largo plazo que formule un nuevo modelo económico que responda a un mundo globalizado. Paralelamente, el problema del status se debe atender mediante una Asamblea Constitucional de Status.