Los tras bastidores de la Constitución

Artículo publicado en El Nuevo Día.
En la conmemoración del setenta aniversario de la Constitución del ELA, es importante cuestionarse el porqué de los eventos y explorar las historias detrás de la historia.
A partir de la Carta del Atlántico de 1941, la Marina de Guerra estaba consciente de que, aunque sus intereses en Puerto Rico no fueran compatibles con descolonizar el territorio, tenía que crear una nueva estructura que pudiera dar la percepción de que se estaba descolonizando.
Muñoz Marín era el instrumento ideal para lograr sus objetivos.
En 1945 ya la Marina se refería a Puerto Rico como Commonwealth. Siete años antes de constituir el ELA, la Marina tenía claro el nuevo esquema colonial. Era obvio que se quería confundir. ¿Qué tipo de Commonwealth: el de Massachussets o el de Canadá?
La situación se complica cuando se traduce creativamente la palabra Commonwealth a Estado Libre Asociado. Existía consenso en que sería casi imposible que el Congreso aprobara una constitución de su territorio no incorporado como Constitution of the Free Associated State of Puerto Rico. Este juego semántico entre Commonwealth y ELA creaba una ambigüedad deseada.
El episodio del término “pacto” es otro muy significativo. El propio Muñoz Marín acertaba que “el principio de pacto es lo que borra el carácter colonial…”. El Congreso estaba y ha estado reacio al “pacto”, ya que no se puede tener un pacto entre iguales cuando una de las partes tiene poderes plenarios sobre la otra.
Finalmente, Abe Fortas concibió una forma de disimular el concepto de “pacto” y sustituirlo con “en la naturaleza de un pacto”, que es lo mismo que decir: como si fuera un pacto, sin serlo. Muñoz Marín claudicó su posición sobre el pacto para lograr la aprobación del Congreso.
Aunque la Constitución de Puerto Rico fue aprobada por el pueblo en un referéndum el 6 de marzo de 1952, el Congreso arbitrariamente eliminó la sección 20 de la Carta de Derechos y devolvió la Constitución revisada a Puerto Rico para su aprobación en un nuevo referéndum antes de implementarse. Esto causó un profundo malestar en Muñoz Marín, quien le confesó a Fernós Isern en una carta el deteriorado estado de ánimo en que se encontraba al no poder entender cómo “una Constitución certificada por el pueblo de Puerto Rico necesite argumentarse…”.
A pesar de sus objeciones, Muñoz Marín creyó conveniente que se aprobara la Constitución en esos momentos porque había una gran probabilidad de que el Partido Republicano ganara las elecciones de 1952 y complicara su aprobación.
Sin embargo, la historia demostró lo contrario de lo que creía Muñoz Marín. Un año después de las elecciones, el presidente Eisenhower declaró que respaldaría la independencia de Puerto Rico si el pueblo la pedía. Según detalla el nuevo libro “Eisenhower y el Caribe: Muñoz Marín, Castro y Trujillo”, Eisenhower simpatizó y exploró la independencia de Puerto Rico siguiendo el proceso utilizado con las Filipinas.
Es importante apuntar que el ELA fue inaugurado el 25 de julio de 1952 sin que la Constitución enmendada por el Congreso hubiera sido aprobada por el pueblo. Su aprobación se logró conjuntamente con las elecciones del 4 de noviembre de 1952. La prioridad era lanzar el nuevo status el día de la invasión estadounidense, cambiando así el significado que había tenido esa fecha desde 1898.
Otro evento relacionado con la Constitución ocurrió el día antes del lanzamiento del ELA, el 24 de julio, cuando Truman anunció la conmutación por cadena perpetua de la sentencia de muerte impuesta a Oscar Collazo, el nacionalista que intentó asesinarlo. La idea provino de la funcionaria del Departamento de Estado federal, Muna Lee, primera esposa de Muñoz Marín. El objetivo era generar buena voluntad entre los países latinoamericanos y preparar un ambiente positivo la víspera del lanzamiento del nuevo status.
El proceso de redacción y aprobación de la Constitución, minado de intrigas, manipulaciones, y discursos usados en la metrópolis distintos de los usados con Puerto Rico, es la semilla de la gran confusión existente.