July 26, 2017

Un 25 de julio

Un 25 de julio

Artículo publicado en El Nuevo Día.

El 25 de julio de 1898, un contingente de 3,000 soldados estadounidenses comandados por el general Nelson A. Miles inició la invasión terrestre de Puerto Rico enmarcado en la Guerra Hispanoamericana.  Los actos bélicos habían estallado el 12 de mayo con el bombardeo de San Juan por parte de la Marina de Guerra de Estados Unidos.

Las tropas invasoras habían sido resistidas en Guánica, se había librado el Combate de Yauco y finalmente repelían heroicamente el ataque en la Batalla de Asomante en Aibonito cuando en medio del encuentro llega la noticia del armisticio firmado entre España y las fuerzas invasoras, lo cual concluye la Guerra Hispanoamericana.

El general Miles en su proclama a la nación puertorriqueña apunta: “No tenemos el propósito de intervenir en las leyes y costumbres existentes que fueren sanas y beneficiosas para vuestro pueblo, siempre que se ajusten a los principios de la administración militar, del orden y de la justicia”.  

Contrario a la proclama, el gobierno estadounidense eliminó las libertades obtenidas por Puerto Rico en la Carta Autonómica.  Anuló al gobierno dirigido por Luis Muñoz Rivera, emprendió un proceso de americanización dramatizado con el cambio de nombre a Porto Rico, devaluó el peso puertorriqueño comenzando la dependencia económica con la metrópoli e impuso gobiernos militares-civiles hasta el 1948.

En las primeras décadas del siglo XX, Estados Unidos aceptó el fracaso del proceso de americanización, y devolvió el nombre a la isla de Puerto Rico. Otorgó la ciudadanía estadounidense a los puertorriqueños, promovida por el líder autonomista Luis Muñoz Rivera y los líderes independentistas Antonio R. Barceló y José de Diego, según revela la correspondencia cursada entre ellos y el gobernador Arthur Yager descubierta recientemente. 

Durante estas primeras décadas el Tribunal Supremo estadounidense en los Casos Insulares dictaminó que Puerto Rico es un territorio no incorporado que pertenece pero no es parte de Estados Unidos.

En 1922 el congresista de Kansas, Philip Campbell, respaldado por Antonio R. Barceló y su Partido Unión, introdujo el fallido “Campbell Bill” estableciendo el Estado Libre Asociado.

No es hasta el 14 de agosto de 1941 cuando en la Carta del Atlántico,  Estados Unidos se compromete junto a sus aliados a la descolonización, que comienza el proceso de otorgar algunos poderes locales a Puerto Rico, sin afectar su status como territorio no incorporado.

Finalizada la Segunda Guerra Mundial, la metrópoli, apadrinada por la Marina de Guerra, ratifica una Constitución validada por el pueblo de Puerto Rico, no sin antes enmendarla arbitrariamente por el Congreso eliminando su Sección 20.

Los gobiernos de Estados Unidos y Puerto Rico fijaron la celebración de la nueva Constitución para el 25 de julio con miras a torcer la historia,  tratando de opacar la fecha de la invasión estadounidense.

Como estrategia propagandística con el objetivo de conseguir buena voluntad de los países latinoamericanos a favor del nuevo status,  la asesora del Departamento de Estado de la metrópoli, Muna Lee, primera esposa de Luis Muñoz Marín, orquestó para el mismo 25 de julio el anuncio de la conmutación de la sentencia de muerte a Oscar Collazo, sobreviviente del atentado de muerte contra el presidente Harry S. Truman durante la Revolución de 1950.

La Constitución de 1952, que algunos idolatran como el Santo Grial, fue “de facto” anulada por el gobierno estadounidense, sin el consentimiento de los afectados, con la aprobación de la ley PROMESA  firmada por el presidente Barack Obama el 30 de junio de 2016.  El gobierno de Estados Unidos, con su  Junta de Control Fiscal como instrumento, asumió el control del gobierno de la isla.

Luego de PROMESA, cualquier celebración del 25 de julio debe circunscribirse al evento histórico y concreto de la invasión estadounidense en Guánica.