Jan. 27, 2011

Una década perdida: 2000-2010

Una década perdida: 2000-2010

 Artículo publicado en El Nuevo Día.

La primera década del siglo XXI comienza en el año 2000, con un Partido Popular Democrático en control de las tres ramas de gobierno y dirigido por la primera mujer gobernadora, con experiencia gubernamental y en la industria privada.

Cuatro años después, en el 2004, se elige un gobierno compartido: el PPD controla la gobernación y la rama judicial, y el Partido Nuevo Progresista, la comisaría en Washington y la legislatura.

En el 2008 el PNP asume el control de las tres ramas de gobierno y nos arrastra a una caída libre con una oposición inexistente, sin visión y obsesionada con retomar el poder.

¿Qué sucedió en esta década en que gobernaron el PPD-PNP con diversas combinaciones de control?

El desempleo en el 2000 fue de 11.0%;  y en el 2010, de 16.0%.  La falta de oportunidades sigue forzando a muchos de nuestros graduados universitarios a emigrar y unirse al casi medio millón que abandonó el país la pasada década. 

Nuestros médicos e ingenieros recién graduados se van también por la carencia de opciones.

La tasa de crecimiento de la economía (Producto Nacional Bruto) era de +3.0% en el 2000 y descendió a -3.6% en el 2010.

En el 2000 el 41% de la población con edad para trabajar era parte de la fuerza laboral.   En el 2010 la cifra bajó a 36%.  

En esta década se perdieron 52,900 empleos en la manufactura.  En el 2000 la Autoridad de Energía Eléctrica tenía 1,986 clientes industriales; en el 2010, unos 808.\

Los gobiernos han sobrevivido mediante transferencias federales y el endeudamiento público.  En el 2000 la deuda pública era de $24,188 millones; en el 2010 ascendió a $62,206 millones.

En el 2000 el 28% de la población recibía cupones de alimentos (PAN); en el 2010 la cifra aumentó al 35%.  Más de 40% de la población puertorriqueña se mantiene en el nivel de pobreza

El Sistema de Retiro del Gobierno central tiene obligaciones sin financiación   (“unfunded liability”) de $17,092 millones, y el Sistema de Retiro de los Maestros, de $6,564 millones.

El Puerto Rico Stock Index para el 2000 era de $6,930; en el 2010, de $2,028.  Esta merma dramatiza la evaporación del capital local en corporaciones locales en la Bolsa.

La crisis económica en Puerto Rico ha afectado a todas las clases sociales.

A estas cifras hay que añadir el vertiginoso aumento de asesinatos, crímenes y  drogadicción. 

¿Puede alguien en su sano juicio pensar que los programas de seguridad pública de estos partidos políticos han llevado a la sociedad a un ambiente seguro?  ¿Han sido capaces estos partidos políticos de aceptar que  el narcotráfico es la principal fuente de la criminalidad y que la forma más efectiva de atacar el problema es mediante el tratamiento del adicto como un enfermo y no como un criminal?  

¿Por qué estos partidos han permitido que sólo  el 8% de los drogadictos que necesitan tratamiento lo reciban  y que en un escenario controlado como el de las prisiones, casi la mitad de los confinados sean adictos?

Las enfermedades mentales han aumentado dramáticamente en esta década.  Las portadas de los periódicos diariamente dramatizan la situación caótica del país. 

La violencia doméstica y el abuso de mujeres, niños y ancianos son muestras del deterioro social.

Comenzando la segunda década del siglo XXI, la pregunta que hay que hacerse es: ¿Estamos  mejor en el 2011 que en el 2001?

En esta coyuntura histórica, el país no se puede dar el lujo de meramente respaldar al menos malo.  Hay que explorar otras opciones nuevas que propongan rescatar al país de los políticos carreristas de estos partidos y presenten un gobierno honesto, enfocado en la prosperidad, justicia social y una nueva relación con Estados Unidos digna,  descolonizadora y en sintonía con el siglo XXI.