Una oportunidad dorada

El huracán María es la peor catástrofe que ha afectado a el mayor número de puertorriqueños en nuestra historia.
Si bien esta tragedia ha sido algo que nunca pensamos que pudiera ocurrir, la misma puede representar una oportunidad dorada para llevar a Puerto Rico al siglo XXI, sin importar la preferencia de status que tanto divide al país.
Uno de los principales, sino el principal, impedimento para el desarrollo de Puerto Rico ha sido la infraestructura energética: obsoleta, ineficiente y una de las más costosas para los ciudadanos y comercios en el mundo.
Si bien la prioridad inmediata es re-establecer la energía eléctrica del país a la mayor brevedad posible, no debemos repetir el error de limitarnos a reponer las averías hasta el próximo huracán.
Algunas personas responsabilizan el problema de la AEE al hecho que es una agencia pública y al rol del sindicato (UTIER), ignorando así su realidad histórica.
La Autoridad de las Fuentes Fluviales fue creada en 1941 bajo el gobernador Rexford G. Tugwell. En 1942 el presidente de Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, mediante orden ejecutiva, expropió las compañías de energía privada y nombró a la AFF como su agente administrador. Ese mismo año se logró el primer convenio colectivo con la UTIER.
Bajo el liderato del legendario Antonio S. Luchetti, la AFF se convirtió en la espinal dorsal del desarrollo económico y social de Puerto Rico y la “joya de la administración pública”. La corporación pública era administrada por una Junta de Directores de profesionales ajenos al lodazal político.
La situación cambió a partir del 1968 con las rotaciones de gobiernos, politizando la institución y convirtiéndola en un apetecible botín político.
La emisión de bonos para financiar el natimuerto gasoducto y la contratación millonaria de Lisa Donahue fueron las gestiones nefastas más memorables de las últimas dos administraciones de los dos partidos políticos que administraron la AFF/AEE.
La privatización no es la panacea para la solución. Son muchas las empresas privada fracasadas en la industria de energía, la banca, líneas aéreas, comercios al detal, etc.
Existen modelos exitosos de corporaciones públicas como la compañía de energía en Singapur.
La UTIER no es responsable de la situación actual de la AEE, sino víctimas de la politización. Ellos jugaron un rol protagónico durante la época de gloria de la AFF.
La tragedia del huracán María representa una oportunidad formidable para que el Congreso, con sus poderes plenarios sobre su territorio no incorporado, auspicie un plan maestro y asigne fondos para crear una nueva institución basada en energía autosustentable con infraestructura soterrada aprueba de huracanes.
El expresidente Bill Clinton en su libro “Back to Work: Why We Need Smart Government For A Strong Economy” menciona que Puerto Rico debe de ser un laboratorio perfecto de eficiencia energética para todo Estados Unidos.
Señala que el alto costo de petróleo importado limita el crecimiento económico de la Isla. Clinton apunta que el convertir a Puerto Rico en un modelo de energía autosustentable crearía empleos, reduciría costos, ahorraría energía y mejoraría el ambiente.
Según el CIA WorldFact Book, en Puerto Rico solamente el 4% de la electricidad proviene de energía autosustentable y plantas hidroeléctricas vs Costa Rica con un 69% , Uruguay un 56% y el gigante industrial de Alemania un 47%.
Durante los estragos del huracán María, varias residencias en Puerto Rico con energía autosustentable nunca perdieron su fuente de energía.
Puerto Rico debe de usar todos sus recursos de cabildeo en el Congreso para la asignación de fondos que creen un modelo para Estados Unidos de una región de energía autosustentable que beneficie a los residentes de Puerto Rico, Estados Unidos y el planeta.